Sigue, sigue tu destino

...las cosas que estan pasando estan alineadas, eternamente... (Bersuit Vergarabat)

Un fenicio en los tiempos antiguos comerciaba libremente la produccion de sus vidrios, sus vidrios se distribuian principalmente por todas las inmediaciones del mar Mediterraneo, Sidon puerta de entrada y de salida para su mercancia, vio crecer a miles de comerciantes como el. Sus pueblos crecieron, su ciudades tambien, y la adoracion a los dioses hizo que los templos tambien se agrandaran en espacio y suntuocidad. Todo era paz en la zona, siempre y cuando el comercio no se interrumpiece, y ovbiamente no se violaran las tradiciones impuestas por los generaciones anteriores.

Cierto dia, y vale la pena recordar que Fenicia estaba situada en pleno medio oriente, el hijo de uno de estos tantos comerciantes se enamora de una judia. La ley no prohibia esto pero estaba mal visto tener un amorio con un extranjero, y mucho mas si el amorio era con el pueblo enemigo (en ese tiempo solo por interes comercial no habia enfrentamiento belico entre ellos).

El joven lucho en contra de sus sentimientos, pero cuando se dio cuenta que no podia, se entrego a ella, y ella hizo lo mismo. Su destino era estar juntos , pero solo lo entendieron cuando el rechazo propinado por sus respectivas familias fue tan fuerte como para verse obligados a huir en defensa de ese amor. El hijo del rico comerciante, fue el mas pobre de todos los viajeros, pero el mas afortunado, de poder viajar con quien amaba, no necesitaba otro tesoro. El rico comerciante fue el mas rico de los comerciantes, pero el el mas pobre de espiritu y murio de pena al poco tiempo.

Ovbiamente el muchacho no se entero nunca de esto, murio muchos años despues, rodeado de su amada y sus hijos en una tierra muy lejana y llevandose en sus ojos los ojos negros de su compañera.

Año 2008, Fenicia, no existe mas, hoy esa vasta extencion sobre el Mediterraneo que ocupa Siria, Libano e Israel, sigue siendo de las mas convulsionadas y conflictivas del planeta. La guerra santa, el odio entre paises vecinos es cada vez mas visceral.

Los ojos celestes de un joven judio se posan sobre los ojos grandes, negros y mas expresivos que vio en su vida. Negissa posa sus ojos, casi la unica parte visible de su cuerpo, sobre los ojos celestes que la miran. Piensa que no puede ser, no debe ser, y sin embargo alli en algun lugar de Jerusalem la guerra santa se detiene, el mundo se detiene y su corazon late a mil. No puede ser, se repite, pero sabe que conoce esos ojos a pesar de no haberlos visto antes. El tambien sabe lo mismo, el tambien conoce esos ojos, y esa mirada.

La guerra, los dioses, las tierras, las tradiciones, el pasado, la familia, se convirtieron en algo totalmente ajeno, como milenios atras, eran ellos... nada mas que ellos.